Por otra parte, en el ámbito académico, instituciones oficiales y comerciales, se suele utilizar este tipo de escritura, quizás con la creencia de que esta forma abreviada es una manera más “sencilla” y ágil de expresar las ideas. Ejemplo de ello son: UDCA (Universidad de Ciencias Aplicada y Ambientales), UNAL (Universidad Nacional de Colombia), ASCUN (Asociación Colombiana de Universidades), PEI (Proyecto Educativo Institucional), DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), DNP (Departamento Nacional de Planeación), CNSC (Comisión Nacional del Servicio Civil), entre otros.
Existen dos tipos de abreviaturas:
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las personales, que utiliza cada persona para comunicarse de manera informal con otras, como es el caso de las redes sociales y
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las convencionales que se encuentran avaladas y reconocidas por los hablantes de una comunidad.
Para conocer la forma como se crean las abreviaturas, ir a la sección Para saber más.
Por lo anteriormente expuesto, se puede decir que toda abreviatura convencional fue en un principio personal, pero no toda personal llega a ser una convencional. Además, las abreviaturas convencionales están reguladas por las variables de lugar y de tiempo, por lo que estas pueden caer en desuso o perdurar por varias décadas.
¿Cómo se forma el plural de las siglas?
Aunque en la lengua oral las siglas tienden a tomar marca de plural como es el caso de (ONG [oenejés] = ‘organizaciones no gubernamentales’), son invariables en la escritura: las ONG; por ello, cuando se quiere aludir a varios referentes es recomendable introducir la sigla con determinantes que indiquen pluralidad, ejemplo: Representantes de algunas/varias/numerosas ONG se reunieron en Bogotá. Debe evitarse el uso, copiado del inglés, de realizar el plural de las siglas añadiendo al final una s minúscula, precedida o no de apóstrofo. Ejemplo: CD’s, ONGs.
El género
Las siglas adoptan el género de la palabra que constituye el núcleo de la expresión abreviada: Fondo Monetario Internacional (FMI), por el «Fondo» Monetario Internacional; la OEA, por la «Organización» de Estados Americanos; la Unesco, por la United Nations Educational, Scientific and Cultural; la «Organization» de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura’.
Redacción y ortografía
A continuación, se presentan las normas que deben ser tenidas en cuenta cuando en los textos se incluyen siglas y acrónimos.
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Se escriben sin puntos ni blancos de separación. Ejemplo: La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
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Solo se escribe punto después de las letras que componen las siglas cuando van integradas en textos escritos enteramente en mayúsculas. Ejemplo: MEMORIA ANUAL DEL C.S.I.C.
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Se presentan normalmente en mayúscula todas las letras que las componen (OCDE, DNI, ISO) y, en ese caso, nunca llevan tilde; así, CIA (del inglés Central Intelligence Agency) se escribe sin tilde.
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Las que se pronuncian como se escriben, esto es, los acrónimos, se escriben solo con la inicial mayúscula si se trata de nombres propios y tienen más de cuatro letras: Unicef, Unesco; o con todas sus letras minúsculas, si se trata de nombres comunes: uci, ovni, sida. Los acrónimos que se escriben con minúsculas sí deben someterse a las reglas de acentuación gráfica (tilde): láser.
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Si los dígrafos ch y ll forman parte de una sigla, va en mayúscula el primer carácter y en minúscula el segundo. Ejemplo: PCCh, sigla del Partido Comunista Chino.
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Se escriben en cursiva las siglas que corresponden a una denominación que debe aparecer en este tipo de letra cuando se escribe completa; esto ocurre, por ejemplo, con las siglas de títulos de obras o de publicaciones periódicas. Ejemplo: DHLE, sigla de Diccionario Histórico de la Lengua Española; RFE, sigla de Revista de Filología Española.
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Las siglas y acrónimos escritos en mayúsculas nunca deben dividirse con guion de final de línea.
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Sí las siglas y los acrónimos son de dominio público no requieren ser traducidos, en caso de que no lo sean es necesario hacerlo. Esto se aplica no solo en la escritura sino también en la oralidad.
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Cuanto más amplio sea el círculo de lectores a quienes nos dirigimos al escribir o hablar, tanto más obligados estamos a traducir las siglas y los acrónimos, caso contrario, si nos dirigimos a un sector reducido o especializado, la obligación de traducir es menor, porque se supone conocida por los lectores. Por ejemplo, en un medio de comunicación escrita especializado en un tema específico como el fútbol no es preciso aclarar lo que es la FIFA. Los lectores saben lo que se designa con tales letras: Organismo internacional regulador y normativo del fútbol.