La presente actividad pretende explorar, a través de un ejemplo, cuál es la importancia que tiene la toma de posiciones frente a las opiniones ajenas.
Para el desarrollo de la misma, díríjase a la plataforma de actividades virtuales.
El siguiente ejercicio tiene la intención de ayudarle a distinguir las tres respuestas básicas que se pueden hacer frente a las opiniones ajenas en un texto argumentativo.
Lea el texto y siga las explicaciones que se desarrollan a partir del mismo.
El texto anterior es un artículo de opinión, un tipo de texto argumentativo.
En un artículo de opinión el autor expone un punto de vista personal frente a una situación concreta o a unos hechos objetivos verificables.
Para que la opinión del autor quede clara, él primero debe mostrar con claridad cómo dialoga con otras posturas, de tal suerte que sus lectores puedan hacer un mapa mental con las afinidades y rechazos que él hace sobre las opiniones ajenas.
Cuando se trata de escribir textos argumentativos, en los que hay implicadas opiniones ajenas, es muy útil que desde el principio se exponga a los lectores cuál es su ubicación con relación a ellas:
Si las acepta, si reniega de ellas o si tiene posiciones encontradas.
¿Cómo organiza las ideas el autor en su artículo de opinión?
El autor del texto, Abad Faciolince, aborda un tema que genera muchos puntos de vista en Colombia; incluso, varios de esos puntos de vista están en franca oposición. Organiza las ideas en su escrito de la siguiente forma:
Al escribir textos argumentativos, a menudo se recurre a citas de voces autorizadas, indicando siempre a los lectores cuál es la opinión frente a ellas.
Las tres formas básicas que hay para posicionarse frente a las opiniones ajenas son:
Veamos en detalle, a partir del escrito de Héctor Abad Faciolince, cómo se usan en él las tres formas para expresar opiniones de acuerdo, en desacuerdo o con posiciones encontradas.
Cuando construimos textos argumentativos es frecuente que nos apoyemos en opiniones de personas o autoridades con las que estamos de acuerdo. Este ejercicio sirve para darle sustento a nuestras afirmaciones, al tiempo que participamos de la conversación sobre un tema específico. Sin embargo, estar de acuerdo con una opinión ajena es un primer paso, pero no el único.
Para ir más allá de lo que dice alguien se debe marcar una distancia con las opiniones con las que estamos de acuerdo, mostrar un contraste y no dar la impresión de que solo estamos repitiendo. Para ello, podemos:
Ejemplo
El matrimonio mahometano, tal como lo propone el Imán Jomeini en sus Leyes prácticas del Islam, me parece en cambio mucho más razonable y natural que el católico, aunque habría que hacerle algunos pequeños ajustes. La poligamia, con un número máximo de cuatro esposas por hombre, me parece una opción cara, pero sensata. Habría, eso sí, que complementarla también con la autorización de la poliandria, es decir, que también las mujeres puedan tener hasta cuatro maridos, si les da la gana, aunque yo a ellas les aconsejaría que se limitaran a dos, uno para el sustento y otro para el contento, y pare de contar, por lo pesados y mandones que solemos ser los machos.
La parte subrayada es aquella en la que Héctor Abad se muestra de acuerdo con la opinión de alguien (El Imán Jomeini, en este caso). La expresión “me parece más razonable que” le sirve para marcar su aprobación. Sin embargo, él no se contenta con decir que está de acuerdo con Imán Jomeini; va más allá, porque le sugiere unos “pequeños ajustes”. La parte en rojo corresponde a la explicación y ampliación de esos ajustes, es decir, es aquello que Abad está poniendo como nuevo sobre la mesa y que se suma a su acuerdo con la opinión de dicho líder islámico.
Al escribir, se deben tener en cuenta algunos registros de escritura que, a la vez que sirven para mostrar el acuerdo con una opinión, también invitan a hacer algo más con ese acuerdo.
Veamos algunas claves, en forma de plantillas, a las que pueden recurrir los autores:
Al igual que con el “estar de acuerdo”, el desacuerdo implica más que expresar un “no” a las opiniones ajenas; consiste en aportar algo nuevo, añadir algo interesante.
Pensemos, por ejemplo, que alguien escribe “considero que la situación económica del país está mejorando”. Si nosotros mostramos desacuerdo diciendo simplemente: “yo no considero que la situación económica del país esté mejorando”, no expresa nada interesante ni novedoso. Se necesita manifestar algo más que simplemente negar la afirmación inicial.
Para argumentar que no estamos de acuerdo con alguna idea, podemos recurrir a las siguientes estrategias:
Ejemplo
Veamos cómo usa Héctor Abad el recurso del desacuerdo en el cuarto párrafo de nuestro ejemplo:
Dicen los eximios obispos de Colombia que “científicamente se ha demostrado que los homosexuales se hacen, no nacen, por lo que aceptar el matrimonio gay sería crear un ambiente proclive a la homosexualidad”. Ignoro qué científicos consultarán los obispos, pero por todo lo que yo he leído la condición de homosexual es mucho más genética que adquirida. De hecho los hijos adoptivos de parejas gays no tienen más tendencia a ser homosexuales que los hijos adoptivos de parejas heterosexuales. En cualquier cultura hay entre un 7 y un 12% de personas homosexuales. Si a ser gay se aprendiera por el ejemplo, habría muchos más curas gays, dados ciertos hábitos de los seminarios.
En la primera parte del párrafo (parte roja), Abad expone la opinión con la que va a estar en desacuerdo (los obispos de Colombia). Usa las comillas para citar a los obispos en un esfuerzo por hacernos entender esa postura aunque él no la comparta. Después, en la parte señalada en negro, nos muestra su desacuerdo. Acá la palabra clave es el “pero”, que nos da una idea de oposición a algo planteado anteriormente. Sin embargo, nos damos cuenta de que Abad no termina el párrafo simplemente señalando su desacuerdo, sino que ofrece razones, en este caso estadísticas, que sirven para controvertir la opinión de los obispos.
En el momento de escribir, se deben tener en cuenta registros de escritura que, a la vez que sirven para mostrar desacuerdos con una opinión, también invitan a aportar algo novedoso.
Veamos algunas claves, en forma de plantillas, a las que pueden recurrir los autores para argumentar desacuerdos:
Como mencionamos anteriormente, no es necesario estar completamente de acuerdo o en desacuerdo con alguien. Es común compartir algunas posturas y apartarse de otras.
Podemos estar de acuerdo con un razonamiento y en desacuerdo con otro. Al expresarlo:
Ejemplo
La conferencia episcopal acaba de producir un sesudo documento en el cual desaconseja a la Corte Constitucional que apruebe el matrimonio para las personas del mismo sexo. Por una vez estoy completamente de acuerdo con los obispos católicos, aunque tengo la impresión de que estamos de acuerdo por motivos muy distintos. Yo estoy en desacuerdo con el matrimonio gay por la sencilla razón de que también estoy en desacuerdo con el matrimonio heterosexual. Estoy en contra del matrimonio tout court, o de plano.
En este fragmento, vemos cómo Abad dice estar de acuerdo con las conclusiones de un documento que desaconseja a la Corte Constitucional la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo (primera parte del párrafo). En la parte roja nos señala que está de acuerdo con esa conclusión; sin embargo la presencia de la palabra “aunque” (señalada en negro), nos da a entender que su acuerdo no es completo: está de acuerdo con la conclusión del texto pero por motivos diferentes a los expuestos en el mismo. Esto quiere decir que nos ofrece nueva evidencia y simplemente no está negando parte de la opinión expresada. Está haciendo algo más que decir que no está de acuerdo; nos explica por qué (parte final del párrafo).
En el momento de escribir, utilice expresiones para mostrar acuerdos y desacuerdos con una opinión, siempre aportando a través de argumentos.
Veamos algunas claves, en forma de plantillas, a las que pueden recurrir los autores para argumentar acuerdos y desacuerdos (o posiciones encontradas):
Es momento de poner en práctica los conocimientos adquiridos en este tema. Recuerde que debe dirigirse a la plataforma de actividades virtuales y desarrollar lo que allí se propone.
La siguiente recomendación bibliográfica conduce a contenidos que le permitirán ampliar algunos conceptos desarrollados.
Graff & Birkenstein (2010). They say/Isay. Londres: Norton and Company
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2005). Diccionario Panhispánico de dudas. Madrid: Espasa.
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2009). Nueva gramática de la lengua española. Morfología y sintaxis. Madrid: Espasa.
Sánchez, C. H. (2008). Lógica y argumentación. Bogotá: Unibiblos.
Argumento: llamado también “razón”, es la idea que sirve para darle sustento a una premisa.
Conclusión: síntesis o breve resumen de la tesis y la argumentación, que se ubica al final de los textos argumentativos.
Opinión: idea o juicio de valor que nos formamos sobre cualquier aspecto de la realidad.
Posicionamiento: razonamiento para probar o demostrar una opinión, o para convencer de lo que se afirma o se niega.
Premisa: opinión, sustentada con argumentos.